viernes, 13 de noviembre de 2009

Se nos llevan la Cocacola!

Leo en un manifiesto del concesionario grancanario de Cocacola que la empresa piensa trasladar en breve sus instalaciones a Tenerife.

Y ésto me hace recordar, una anécdota, de cuando un gorrión vino volando de tierras “pa dentro”, y me pidió que le enseñase la isla canariona. Como es natural, comencé por los parajes mas típicos, y al llegar al barranco de Guayadeque y sus peculiares casas cueva, hicimos una parada en un barito chico que hay en la subida al barranco, junto a la carretera.

De pronto, el gorrión abrió sus ojos al máximo y casi gritó: "¡Pero si hasta aquí llega la Cocacola!”. No pude por menos de sonreirme al principio para mis adentros, por la inocente ocurrencia del gorrión.

Pero luego, al trascurrir el día y meditar conmigo mismo la jornada pasada, me dí cuenta de la gran verdad que encerraba este aserto: Donde no llega la Cocacola... ¡Sencillamente no existe!

Y ahora, nos quieren quitar el refresco que es común denominador a toda una civilización. Porque el Plan Marshall nos traería la leche en polvo, y los quesitos en porciones, pero lo que es la chispa de la vida, marcó a toda una generación. Madre del Cubalibre, dispersora de aerofagias, aflojadora de tuercas y limpiador de herrumbre... ¡para todo, sirve la Cocacola! Y van, y se la llevan con los jilgueros, que tendrán mejor plumaje pero no tan bello canto y desde luego, ya tienen de todo para que ahora no quisten también el preciado líquido color café sólo con gas y botella peculiar.

Como sigamos a esta marcha, nos quitan también el Womad, el festival de cometas de Maspalomas, y hasta el campeonato mundial de Windsurfing de Pozo Izquierdo... Que me hace ésto sospechar, que mas que jilgueros, ¡son cucos!

Pues ¿saben lo que les digo? ¡Que se la lleven!. Que desde ahora, en lugar de ir a los multicines y comprar antes de la peli una mediana de Cocacola y una mediana de roscas, me llevo el Clipper de casa, y las roscas sabrán mas a autóctono, mas a lo nuestro.

Y den gracias, por que en lugar de roscas, no me lleve también una pella de gofio, ¡que a canario, no me gana nadie!

Iban un padre y un hijo por un camino, en tiempos inmediatamente después de la posguerra, con una burrita que cargaba un fardo de leña, para calentar la lumbre en invierno, allá por Tejeda.
En estas, que les salen al paso dos o tres malencarados, de esos amigos de lo ajeno. Les quitaron todo. Y el hijo, le iba recriminando al padre de vuelta a casa, desnudos como los habían dejado: “Padre, que nos quitaron la burrita y la leña. No quitaron los veinte duros que llevaba usted encima. Nos quitaron hasta la ropa... Pero padre, ¿por qué le dejaron a usted el cachorro?”. A lo que el padre, entre aspavientos e hinchando el pecho con ira respondió: “calla, hijo mío, que ¡menudo es tu padre 'pa' que le quiten el cachorro!”.

Pues así nos vamos a quedar... en pelotas. Ahora eso sí... ¡con el cachorro puesto!
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martes, 3 de noviembre de 2009

Al pan, pan…

Esta semana leí una noticia que me hizo meditar sobre las enormes diferencias de gorriones y canarios...

Mientras que el canario suele entretenerse pausado en su rama, sin que nada lo perturbe en su situación por la altura, y de vez en cuando suelta un trino que da gloria oirlo, el gorrión camina por el suelo, dando ridículos saltitos, y soltando de vez en cuando por el pico un monótono “piii”-“piii”, que mas que un piar parece una petición de información sobre el cuarto de baño mas cercano.

Y es leo consternado en la prensa que los gorriones, a fuerza de querer destacar, ahora quieren cambiarle el nombre a las cosas. Así, quieren llamar a la Semana Santa: Vacaciones de Primavera, y a la Navidad: Vacaciones de invierno... ¡Ay, señor!

Pero ¿cuántas vacaciones quieren estos pajarracos desconsiderados? ¡Ah, no!, ¡eso sí que no! Que nos van a destronar a los canarios en eso de la vida contemplativa desde nuestra ramita... ¡Hasta ahí podíamos llegar!

Que los canarios tenemos: Las vacaciones de verano, la Virgen del Pino, la de Candelaria, El día de Canarias, San Juan, Santiago, Los Carnavales, Semana Santa, Navidad, y lo que nos echen, pero eso sí, bien identificados, para que todo el mundo sepa qué fiesta es.

Figúrense ustedes que nos da por cambiar los nombres, de manera original, como a los gorriones: carnavales... mmmmm... No. Ya no. Ahora se llamarán: La fiesta de la dicotomía de identidades en un entorno social permisivo. ¿La Virgen del Pino?. Ay, no. ¡Qué antiguo!. Desde ahora proponemos el nombre de “la fiesta de la peregrinación masiva mientras se ingieren pastas y alcohol para ir a ver a la Virgen a Teror”.

¿El día de Canarias?: "El día de la exaltación al espíritu patrio canario, y en protesta por el hecho de la canariedad y las subidas injustificadas de las tasas de importación, los billetes de avión y de barco, ¡y tasas arancelarias varias!”.

¡Estos gorriones están locos! Comenzaron ya, quitando a los Reyes Magos, por lo antimonárquicos que son en su mayoría, y sustituyéndolos por un tío gordo vestido de rojo, que no se ha enterado de lo de los vuelos Low Cost, pues sigue usando un trineo propulsado por renos!.

Y ahora me quieren quitar las navidades y llamarlas: Vacaciones de invierno: ¡Chacho! Quita p'allá!... ¿Qué vacaciones de invierno? ¿Las del nacimiento del Señor, las del tío ese gordo de rojo y los renos, o los carnavales?... ¡Vaya lío,mi niño!

Que dejen en paz las cosas como hasta ahora...los canarios en el árbol, con su bello trino, y los gorriones en el suelo, dando brincos y pidiendo un servicio con su “piiii”-”piiii”.

Menos mal que el gorrión mayor intervino a tiempo, poniendo paz en el gallinero, y no ha autorizado tamaña atrocidad linguistica, que desde lo del silbo canario, andan todos a ver quien es más original llamando a las cosas con otros nombres.


AL PAN, PAN, Y AL VINO..... GUANIJEI! Sigue leyendo...

¡Sus muertos!

Casi me caigo redondo al suelo cuando al abrir la puerta me encuentro a mi sobrino Ivan sangrando por todos lados, con una venda en la pierna toda sucia y ensangrentada, y un ojo morado...

“¡Mi niño! ¿Pero qué pasó?” Le dije, agarrándole fuerte contra mi pecho, en el que mi corazón pujaba por salir, ¡de lo fuerte que me latía!. "Quién te hizo ésto, corazón?”.

Y entonces, lo más extraño sucedió: “Truco o trato?”, dijo Ivan sonriente, ileso -gracias a Dios- sujetando una bolsita de papel, con algunas chuches y caramelos.

Yo a estas alturas de la película, ya no entendía nada... Me había perdido, mire usted... ¿Pero no le dolían a mi pobre Ivan, todas las heridas, y toda esa sangre?

Lo miré con cara de extrañado, como el que ve un gorrión de bonito en una playa nudista, y le pregunté que qué era toda aquella vaina, que si estaba herido, o no, que si las conejas de la cabeza eran de verdad, o sólo una broma... Y me contestó “Es que es 'Jaloguin' tío”, y me zarandeaba la bolsa ante la cara, como pidiendo limosna. ¿Y qué es el 'Jaloguin'? Pregunté yo.

Pues no es sino una fiesta, en que todos se visten como en carnavales, pero sin serlo, que da penita verlos, oiga. Una moda mas, traída de allende los mares, por los gorriones y jilgueros de tierra adentro... ¡Qué cosas!. Que se visten de restos de quirófano, y de muertos vivientes, que mas que miedo dan pena, y van haciendo el mono por la calle, pidiendo limosna de dulces. Y eso, coincidiendo con el Día de los Difuntos... ¡Mi madre!.

Cuando ya me hube calmado, sentado en la mesa con la parienta y mi sobrino Ivan de maestro, ¡aprendimos mi santa y yo que ese día se celebra!. ¡Mire usted!. Y nosotros hasta ahora, tan apenados, llevando flores al cementerio, y limpiando los yerbajos de las tumbas de nuestros seres queridos... ¡Qué cosas! ¡Qué juventud! Qué modernidad.

¿Pues saben qué? Que ya me estoy 'jartando' de tanto estranjerismo y tanta vaina, y el día mas pintado emigro como el bisabuelo, 'pa Cuba', o a los Estados Unidos de Norte América, a ver si allí el día de difuntos se respeta, y se come jamón en vez de hamburguesas, y se bebe ron, en lugar de guiski, que como ellos nos han traido todo lo suyo, creo yo, que algo les habremos pegado nosotros también. ¡Que esa gente no es tonta, que hasta han ido a la luna!

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