¡Qué horror! En mi casa ha habido una catástrofe, peor que un maremoto. Ríase usted de
un Tsunami!. Tenemos GRIPE!
Qué vacilación, ¡que duda mas horrible! ¿De dónde viene esta vez? ¿Del cerdo, del pollo, del
camello, de un marlín?. ¿Será necesario tomar aspirinas, Tamiflú, o habrá que comprar
algo mas fuerte y específico?. ¿Cuántos millones de seres inocentes van a morir esta vez
por esta insidiosa pandemia en mi casa?. Sobreviviré? (!)
Comenzó con un benevolente estornudo, así, suavito, como una caricia, un cosquilleo en
la pituitaria, y....¡ zas!. Se coló en casa como un ladrón, como un ocupa no invitado, como
un conquistador, bajo una marcha triunfal de toses, estornudos y carraspeos... ¡DIOS!
¡¡Estamos invadidos!!
Se me erizaron todas las plumas, ¡y me comenzó a fallar el trino!. ¿Qué era aquello, que
había hecho de una familia feliz un asilo de ancianos, ojerosos, tosedores, temblorosos,
cabizbajos, y sin fuerzas?
Ahora se pavonea cual general triunfador por el pasillo, mientras todos vamos inclinando
la cabeza cual vencidos sometidos, al tiempo que nos llevamos la mano a los riñones, o
nos sujetamos el pecho dolorido de tanta tos.
Llamamos al 012. Allí aún hay un grupo de insurrectos, rebeldes. Una mínima resistencia
que subsiste orgullosa en sus puestos de trabajo. Qué orgulloso me siento, cuando tras la
locución automática del Servicio de Salud del Gobierno de Canarias, escucho una voz
humana. ¡Albricias!
Aún queda esperanza, mientras haya resistencia. ¡Ni pollos, ni cerdos,
ni caballos ni lechuzas podrán con el ser humano!. Para celebrarlo, entre sorbito y sorbito de jarabe, le doy como puedo entre toses y tiritonas mis dos apellidos y fecha de
nacimiento a la operadora, quien amablemente me indica cual es mi centro de asistencia
y el nombre de mi médico de cabecera: ¡Mi salvador, mi héroe, mi aniquilador de virus,
esporas y bacterias varias!. ¡Estoy salvado!
Pero tras una breve esperanza, recibo una llamada, esta vez totalmente automatizada, sin
intervención humana alguna, donde una voz pre-grabada me indica que mi cita médica
debe ser post-puesta por enfermedad de la plantilla médica...
Y juraría que en la grabación, detrás de esa voz anónima y metalizada que me pide excusas y me dice que vuelva a llamar pasados unos días, juraría que se oyen mujidos taurinos, y como unas risitas apagadas, que se me antojan de perro......
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Nos mudamos de sitio
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inv...
Hace 11 años