viernes, 19 de marzo de 2010

Calima

Vaya tiempecito!. A mí me encanta el clima de mis Islas Canarias, menos en estas ocasiones, cuando uno respira arena, muerde arena, come arena, ve arena….La arena se adueña de todo, es omnipresente, llega hasta los rincones más ocultos. Lo justifica todo….

¿Que la economía de las islas no va bien? – Calima.

¿Que la subida del IVA nos va a afectar sobre todo a los canarios en nuestros bolsillos? – Calima

¿Que los salarios cada vez son más bajos, y no hay forma de encontrar un empleo? – Calima

La calima (calina) sirve para todo, lo tapa todo, lo cubre todo. Es –sensu contrario- como
aquellos limpiadores que nos tratan de vender por la tele, que sirven para todo. Que cuando
uno ve los anuncios esos, inmediatamente piensa “Pero ¿cómo puede haber gente tan guarra,
que se deje sus baños o sus cocinas así?”.


Pues la calima, que nos tapa y atenaza las cuerdas bucales para que no piemos, es así también.
Pero ¿Cómo puede haber gente tan hipócrita, que afirme que estamos saliendo de la crisis, cuando no nos llega para comer?

Cada vez son más, los canarios que acuden a los comedores sociales colectivos, y buscan ayuda
en el banco de alimentos. Algo no va bien en nuestras islas.

Y no es que uno sea economista (¡No lo permita Dios!), pero sí tiene ojos y oídos, para tomar el
pulso a la gente de la calle: Esa buena gente que levanta el país, a fuerza de levantarse ellos a
las seis y siete de la mañana, para ir a un trabajo generalmente mal pagado y echar horas para
llegar a fin de mes.

Y felices, por tener un “curro” fijo o temporal, al menos!

Dicen que la consecuencia de lo que estamos pasando ahora, es que los canarios hemos vivido
demasiado bien, (como si dijéramos: “¡despilfarrando!”) en tiempos de bonanza económica….
¿Serán ….? Pero entonces, ¿por qué no comenzaron ellos por apretarse el cinturón?
Ya sólo nos queda en confiar en que no llueva, y encima la calima nos caiga encima de la
carrocería del coche, porque lo vamos a lavar cuando no se vea el color original.
Señor, y ésta calor y ésta calima!. Qué poco se ve, para lo bien que se veía hace tan poco!.
“Ajolá vengan tiempos mejores, cristiano” dicen los abuelos, que ya han pasado-al parecerpor
esto otras veces.

“Ajolá, vengan pronto”, oramos, mirando al cielo para que no llueva.

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